¡Hola, lectores! ¿Cómo están? ¿Cómo iniciaron el año? ¿Se llenaron hasta explotar, armaron su lista de objetivos, abrazaron a sus perrites mientras la gente horrenda tiraba fuegos artificiales?

Yo hice todo eso y más. No soy de armar listas ni de ponerme objetivos en la vida en general, pero sí con respecto a mis lecturas. En mi caso demasiadas listas y objetivos pueden generar exactamente lo contrario a lo que me propongo... y eso fue lo que pasó en el 2021.

Algunes recordarán mi post sobre mi reading journal del año pasado: era la primera vez que lo hacía y me propuse temáticas mensuales, con TBR, espacios para completar, páginas leídas por día y más. Bueno, como buena mood reader que soy, todo terminó en desastre: no completé ni la mitad de los meses y me sentí pésimo por no seguir los planes que me había propuesto. Había demasiado color, demasiada contaminación visual, muchas cosas en las que concentrarse en vez de hacerlo en los libros en sí.

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