Gracias a Algonquin Young Readers por el eARC. Pueden leer la sinopsis acá.
Había pedido este eARC mucho antes de que Algonquin me enviara un mail para quizás considerarme y así participar de su blog tour. Como hasta el momento no me lo habían dado supuse que era un simple mail a una base de datos de personas que alguna vez habían querido leer alguno de sus libros, pero mi sorpresa llegó a fines de julio, confirmándome que iba a ser parte de este bellísimo blog tour y que ahí abajito estaba mi link al eARC de Furia.
Leer esta historia fue rarísimo, pero en el buen sentido. Estaba leyendo un libro en inglés de una autora argentina que narra cosas que, si bien no me son tan propias porque no soy rosarina, me son súper cercanas. Quizás no reconocía las calles que nombraba, pero sí las facturas con el mate. Capaz no me encontraba en la pasión futbolera del equipo del barrio o por el goleador famoso, pero sí veía ahí a amigues y familiares. Puede que mi sueño no fuera ser la Furia en ámbitos profesionales, pero me encontré en Camila y su pasión por lo que hace, lo mucho que siente y lo mucho que lucha.
Quizás no me encontré en Rosario, pero sí reconocí a Camila en mis amigas y a su mamá en un par de madres y abuelas que conozco, a Marisa en alguien que ya no veo y a Karen en el segundo grado que tuve a cargo en unas prácticas educativas que hice en la facultad. Veo a Eda cada vez que prendo la tele. Y por eso Furia es importante.
Lo primero que se nos vende es que Furia habla de fútbol, y sí, habla de fútbol. Todo en esta historia está atravesado por el fútbol, desde las dinámicas familiares pasando por el amor hasta los sueños y objetivos, a cumplir, cumplidos y fallidos, de nuestra protagonista y su alrededor. Y a mí, la verdad, no me interesa. No me hiere en lo absoluto ese estereotipo de que todes les argentines estamos obsesionades con el fútbol, pero no es mi caso ni de casualidad. No solo no estoy obsesionada, sino que me aburre de sobremanera. No podría importarme menos tener la camiseta o el autógrafo de un jugador de fútbol. De pedo veo los partidos durante los mundiales.
Pero que este libro me haya gustado tanto a pesar de eso dice mucho de lo que trata, de lo que cuenta la autora y de su forma de narrar todo esto en términos generales.
Furia trata de fútbol, sí. Pero también trata de amor, de amistad, de la identidad, recorre el sentido de pertenencia y narra la violencia de género, la violencia en las calles, la pobreza infantil y la realidad de aquelles que crecen demasiado pronto para poder ser niñes pero que no siempre llegan a ser adultes. El rejunte de temáticas no siempre me convenció mientras leía, pero, a la vez, lo sentí híper cercano a lo que vivimos acá todos los días, sobre todo en los barrios más alejados del centro y en los más humildes.
La autora narra con la crudeza de los ojos de una adolescente que ya pasó por muchas cosas su rutina y lo que ve a su alrededor. Si bien muchas de sus experiencias me son ajenas, las sentí a flor de piel en todo momento. Las escenas en el merendero, por ejemplo, me rompieron el alma porque lo he visto por mí misma, y las escenas de ella con el padre, sobre todo cuando recuerda no haber cerrado con llave esa noche y estar vestida solo con una remera y ropa interior, me erizaron la piel.
Es, sinceramente, uno de esos libros que me emociona haber leído. Primero porque es rarísimo leerse en un libro publicado en otro país, en otro idioma, con otro público en mente: cuando describe el sabor que te queda en la boca después del mate como verde no me inmuté, pero al toque mi vieja me pasó un mate y tras devolverlo no pude evitar pensar que sí, el sabor era el concepto de verde, y no solo por el color. Capaz es una gilada lo que estoy diciendo, eh, pero esa sensación de cercanía no me había pasado antes con un libro publicado originalmente en Estados Unidos *meme de Moni Argento envuelta en la bandera*
Pero segundo, y diría que principalmente, porque me gustó cómo trató las temáticas. Creo que cuando se nombraba al feminismo y sus problemáticas podría haber sido un poco menos brusco, como menos insertado en la historia y más parte de ella, pero aún así es importantísimo que nuestros pañuelos verdes, por ejemplo, se lean en otros países. ¿Cuántas veces vemos hilo de lo que está pasando en x país en Twitter? ¿Cuántas veces nos llegan noticias de marchas, contramarchas, movimientos sociales y militantes de Estados Unidos, mientras que acá a veces ni siquiera nos enteramos de lo que pasa cruzando la General Paz?
El tratar no solo con el machismo tan arraigado en nuestra sociedad sino también con la violencia de género e intrafamiliar, con el grooming, la pobreza infantil, el hambre en los barrios y la ruptura de ciclos familiares es algo que tenemos que ver, leer, consumir para poder experimentarlos, si no es en carne propia, a través de la voz de alguien más.
Furia es un libro hermoso y necesario, cuyos pequeños detalles son producto de buscarle la quinta pata al gato porque una está acostumbrada a eso. Es, en esencia, un libro liberador y feminista que habla de cumplir sueños y creer en vos misma.
Y Eda somos todas. Nos siguen culpando de nuestra mera existencia y nos siguen matando. Que Eda sea la última, en el mundo ficticio y en la vida real, en ser víctima de la violencia patriarcal a la que se nos ha acostumbrado. El Ni Una Menos más presente que nunca ✊🏽🔥💜💚