Dah, siento no haber puesto la sección este miércoles. La tenía programada pero Blogger otra vez se hizo el idiota y no la publicó, y yo no estuve en la computadora por el cumpleaños de mi hermana, visita a la facultad, preinscripción, planeación de la recreación de mi colegio... en fin, muchas cosas.

Hoy voy a comer con Marti, mi hermana y una amiga nuestra, a comprar un poster de animé para una nena que es mi prima de corazón y supongo que nos pasaremos por El Ateneo, aunque no sé si voy a comprar algo de libros, porque tengo bastantes y mis ahorros deben sobrevivir (?) pero en fin. Acá la reseña.

Gracias por ser tan pacientes ;u;

Muchísimas gracias a Random House Mondadori por enviarme este ejemplar.

La reseña tiene un pequeño spoiler sobre la perra de la familia Pullman. Aviso nomás.

No sé muy bien cómo empezar o cómo escribir esta reseña. Me tomé una hora y algo para poder tragar todo después de terminarlo, pero se ve que no se puede.

Digamos que no sé qué es correcto y qué no escribir en esta reseña. Conozco una persona que es Auggie, no con el mismo problema que él pero algo parecido, y veo siempre las miradas que le dan, lo que dicen de esta persona, y le huyen como si, efectivamente, tuviera la Peste. Yo no soy muy amiga de esta persona por el hecho de que somos bastante diferentes en personalidad, pero he hecho muchos proyectos en el colegio con esta persona y, la verdad, a veces me siento mal por todo lo que le pasa, como si fuera mi culpa.

Pero más allá de eso, quería decir que mi reseña es según mis pensamientos y mis gustos sobre el libro, conociendo un caso parecido para argumentar qué es lo que me parece o no real.

Basta de cháchara, vamos a la reseña en sí.

«Todos deberíamos recibir una ovación al menos una vez en nuestra vida, porque todos vencemos al mundo.» AUGGIE

No había llegado ni a la mitad cuando se convirtió en uno de mis libros favoritos. La forma en la que R.J. Palacio describe a Auggie, cómo se avergüenza de sí mismo y cómo cuenta que se da cuenta de que lo miran, de que lo evitan, de cómo lo llaman y un muy largo etcétera es una de las cosas que más me gustó del libro, porque, sinceramente, sí, es tal cual como ella lo describe.

Auggie se gana tu corazón apenas comenzás a leer el libro. No sólo porque querés protegerlo y darle un gran abrazo de oso, sino porque es ocurrente, gracioso y un rayito de luz apenas empieza el libro. Es muy inteligente, y me encantó que la autora haga notar que, como cualquier chico, sabe a cuál de sus padres debe acudir para pedir determinada cosa: su padre, que al principio quiere protegerlo sacándole responsabilidades, o su madre, la cual quiere que empiece a enfrentar el mundo. Sin embargo, lo que más me sorprendió fue que los padres fueron cambiando a lo largo del libro, no como esos padres con personalidades estáticas, el malo y el bueno, sino que ambos son buenos y malos, ambos quieren que su hijo crezca y se enfrente al mundo pero aún así haciendo lo posible por protegerlo.

El director Traseronian, entre los tantos maestros y encargados del colegio, me pareció un amor de persona, sobretodo al final del libro. Jamás he conocido a un director de escuela tan humano, pero no culpo a la autora por incluirlo: era necesario.

EL PRECEPTO DE SEPTIEMBRE DEL SEÑOR BOWNE:

CUANDO PUEDAS ELEGIR ENTRE TENER RAZÓN

O SER AMABLE, ELIGE SER AMABLE.

Jack, aunque en algún momento es odiable (ya verán por qué), fue mi personaje favorito, junto con Justin. Jack me pareció un amigo fiel y valioso (después de lo que sucede de que lo hace odiable), y Justin me pareció un personaje amoroso, que protege a Via frente a todo, y que le brinda la atención que sus padres, inconscientes de ello, no han podido darle. Ahí volvemos a lo real que son los personajes, porque Via responde como debería responder una adolescente de 14 años y los padres son realmente padres, con errores y aciertos, con amor incondicional hacia sus hijos... siendo amigos de sus hijos pero, antes que nada, sus padres.

Lo que me gustó mucho es cómo evolucionó Auggie después de la muerte de Daisy: aceptó que alguien especial para él (y uno de los únicos seres vivos que lo acepta tal cual es) ya no esté, y se dio cuenta de que, después de 10 años, no todo se desenvuelve basándose en él, que ya está grande y que necesita ir creciendo.

No creo que quede demasiado claro qué le pasa a Auggie. Por la portada (creo que) todos pensamos que no tiene un ojo, pero después aparecen menciones de algo parecido a la cara quemada, ojos bajos, sin pómulos, etcétera. No sé realmente si podés hacerte una imagen mental al final del libro.

Con respecto a la edición, me molestaron algunas cosas. En un momento hay una nota al pie de página que, como es muy grande (que ni siquiera, porque tiene cuatro líneas) lo separan en dos hojas; entonces, para terminar de leer la nota, tenés que dar vuelta la página. Letras que faltan ("de acuerd, lo que tú digas"), cosas que, leyéndolo literalmente, no tenían sentido ("te he extrañé mucho, Auggie", "parecía que había pasado una eternidad. terminado" -literalmente dice así-), palabras juntas, saltos de párrafo no necesarios, etcétera. Pero esto no hizo que dejara de ser un favorito.

La lección de August es uno de los libros más recomendables que he leído en mis 18 años. Conmovedora, realista, divertida, fácil de leer por sus capítulos cortos, te engancha desde el primer momento y te hace amar a (casi) todos los personajes.

Máxima puntuación con honores y directo a mi estante de favoritos.