Sinopsis


La guerra que pondrá fin a todas las guerras acaba de empezar. Tras siglos de refriegas y aguas turbias, los barcos de la Federación Pirata se han unido a los vampiratas del Nocturno; su objetivo: devolver la calma a los océanos venciendo a Sidorio y a su aterradora tripulación de vampiratas renegados.

Después de mucho tiempo enfrentados, los gemelos Grace y Connor Tempest vuelven a luchar en el mismo bando. Ella, convertida ya en una poderosa sanadora, atenderá a los heridos de la alianza en la retaguardia. Y, él, como hombre fuerte de los piratas, liderará a los guerreros en el corazón de la batalla. Saben que unidos pueden ganar, aunque ello no les bastará para ser invencibles: una oscura profecía anuncia que uno de los dos entrará en el mundo de los muertos antes del fin de la contienda...




Es difícil escribir esta entrada desde un punto de vista completamente objetivo: esta es una saga que me acompañó desde que tenía trece años, y se cumplirán cinco desde que comencé a leerlos. Me marcó completamente la adolescencia y le estoy eternamente agradecida a Justin Somper por todos estos años.

Ahora sí, a lo principal.

¡Qué final para esta saga! Sinceramente no esperaba demasiado de este libro porque siempre que una trilogía o saga termina, acabo decepcionándome. La verdad es que no me esperaba absolutamente nada de lo que pasó, y el autor me sorprendió muy positivamente.

Si bien el principio no fue muy diferente de los otros libros (las estrategias de los piratas, nocturnos y vampiratas, la tregua entre nocturnos y la Alianza, la profecía y el indicio de que la guerra estaba por llegar a su fin), de la mitad para adelante fue todo sorpresas y suspiros.

Lo único que quizás fue demasiado para mí fue la melosidad entre Lorcan y Grace. Pero el romance, en general, estuvo genial: Darcy y el señor Naufragio, Sidorio y Lola, Connor y Jasmine... todos, absolutamente todos estuvieron geniales. Incluso Moonshine intentando levantarse a Cate: una genialidad.

Si tengo que sobresaltar algo, entonces eso es el final: aquellos que murieron, los que revivieron, los que se quedaron y los que se fueron, todos me sorprendieron y me dejaron un no sé qué en la boca, pero jamás sería algún tipo de bronca hacia Justin: todo sucedió en su debido momento, incluso cuando uno de mis personajes favoritos (a saber: Lorcan, Obsidian Darke, Molucco Wrathe, Cheng Li, Stukeley, Scrimshaw y, quizás, Johnny) muere de una forma poco justa y de una manera hasta un poco baja para lo que su presonaje significaba para la saga.

En fin, un espectacular final para una saga que me atrapó tanto durante todos estos años. Saga increíblemente recomendable pero sólo si se empieza a leer desde los trece hasta los quince años, porque sino uno espera muchas otras cosas que, quizás, nunca lleguen, por la simple idea de que intenta comunicar muchas otras cosas que nuestros yos crecidos quizás no lleguen a entender.